Las barreras mentales son todos aquellos contenidos que nos impiden rescatar la felicidad y valorar aquello que nos da la fuerza de sentirnos vibrar en lo que hacemos.
Cuando liberamos el impacto y seguimos el vuelo de la pelota, parte de nuestra energía es liberada hacia un objetivo. En ese momento único el vuelo nos devuelve una energía tan potente como la que salió.
¡¡¡¿¿¿Es posible que ello represente gran parte de nuestra felicidad y abra un camino que merece seguir???!!!!!
Si.
Por eso el golf nos puede apasionar y despertar amor por lo que hacemos!
Las barreras mentales pueden venir desde afuera, desde la sociedad o desde adentro, factores karmicos que se presentan para ser derribados. Emociones negativas, creencias y mandatos culturales. Verlos y reconocerlos en nuestra mente es parte del trabajo interno del golf y mientras no los resolvemos estarán interfiriendo mas allá de nuestro buen swing porque así funcionamos como unidad.
Esa unidad que somos Energía, Emoción, cerebro, cuerpo. Un camino eléctrico, y cuando algo interferente sucede se interrumpe la coordinación neuromuscular mas allá de poseer una buena herramienta de swing.
Necesitamos aprender a jugar vacíos. Sin barreras, sin interferencias. El golf puede convertirse sin duda en una contemplación, en una práctica que nos libera de barreras y nos coloca en el punto de aprender a sentir la vida con mas intensidad.
Por eso si el golf nos hace felices, en buena hora.
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