Perder o arriesgarnos a la perdida pueden ser un gran aprendizaje.
Arriesgarnos a perder afirma nuestro coraje. PERDER nos permite reflexionar sobre la forma en que venimos transitando el camino de la vida y el entrenamiento.
Cuando no aceptamos las señales del miedo a perder, necesitamos perder para aprender los factores que estamos descuidando en nuestra vida.
Por ejemplo: Mejorar un área de entrenamiento, trabajar con metas reales a corto mediano y largo plazo, dejar caer las ilusiones, etc.
El aprendizaje a través del dolor se evita cuando reconocemos rápidamente el MIEDO y lo transformamos en desafío y en aprendizaje, a través "siempre" de la fuerza de voluntad para cambiar.
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